Un día como hoy el campo estaba de paro desde hacía meses, todo por una resolución llamada la 125, que implementaba la variación de las retenciones de acuerdo al aumento del precio de las materias primas a nivel global. En un mundo en donde todavía no se sentía el impacto de la crisis económica, la 125 repercutía gravemente en el bolsillo del sector agropecuario, que no sabía cuánto más le podían “usufructuar”.
Costos políticos fueron lo que dejó aquella decisión en el Senado de la Nación. Por un lado el gobierno kirchnerista, presidido por la presidenta Cristina Fernández, sufrió un duro golpe en la opinión pública lo que claramente repercutió en las últimas elecciones del 28-J.
Por otra parte, el vicepresidente Julio Cobos continúa pagando su desobediencia al ejecutivo, que lo relegó de toda decisión política y desde aquél momento no mantiene diálogo alguno.
Pero para darle marco a aquellos momentos que sufrió el país; en donde hubo rutas cortadas, aumento en el precio en la carne y las verduras, aunque lo más importante, según el criterio de este redactor, fue el problema sociopolítico que se generó, y continua latente, durante los meses de “la protesta gaucha”.
El sector agropecuario se “unió” para batallar contra el aumento de las retenciones. Organizaciones que representaban a la clase alta “campechana”, como la Sociedad Rural Argentina(SRA) y la Confederación Rural Argentina (CRA)se unieron a sectores de menores recursos y con más historia popular, como la son Federación Agraria Argentina (FAA) y, , en menor medida, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada,(Coninagro).
La población se dividió, aunque un gran porcentaje de ella apoyó al “campo” por tener un discurso más moderado. Mucho se criticó el accionar de la presidenta que por querer “imponer su idea” no se dio cuenta que quizás hubiera sido necesario entablar una conversación con el campo para solucionar el problema.
Hubo actos en todo el país, pero quizás el último momento, el día en donde se debatía en la cámara de diputados, hubo una lucha de egos para demostrar quién la tenía “más larga”.
Mientras se estaba debatiendo en diputados el proyecto de las retenciones móviles hubo dos movilizaciones; Por un lado, el del oficialismo que congregó alrededor de 100 mil personas en la plaza del Congreso; Por el otro lado, el campo reunió en el monumento a los españoles, ubicado en Palermo, a más de 250 mil personas.
Líderes que pasaron, uno de ellos fue Alfredo De Angeli, ¿Lo recuerdan? Con sus declaraciones de tipo bonachón y del campo, pero que al escuchar algunas frases que había dicho en el pasado, como por ejemplo cuando se denominó como una “nacional socialista” y dijo que no existían pruebas de que el régimen de “Adolfito” Hitler había exterminado a millares de personas.
El viejo Delia o como muchos los catalogaban, el vocero de Néstor. Muchas cosas hizo durante ese tiempo: Insultar, patotear en lo ratos libres y cuando le quedaba un tiempito libre qué mejor que meterle una “ñapi” a algún “puto oligarca”.
Por aquella época parece que sucedió de todo. Recuerdo muy bien el conflicto agrario porque cuando comencé a estudiar periodismo la primer nota que nos mandaron a redactar fue sobre “la vaca”-relación entre la vaca y lock out- así que creo que me quedó grabado en la memoria para siempre..
A un año del voto “no positivo” en donde pudo haber existido una crisis peor, algunos exagerados aseguraron que hubiera podido existir un golpe de Estado o una guerra civil. Para mi criterio, el voto de Cobos fue lo mejor que podía suceder, guste o no, el conflicto dentro de todo se apaciguó.
De una manera u de otra para eso sirvió el vicepresidente, para nada más, ni para nada menos. Pero en una sola cosa quiero hacer hincapié, la falta de comunicación y las actitudes despóticas, por parte de nuestros gobernantes, no mejoran la democracia sino que generan que los argentinos se alejen más y más de la política.
Por esto a un año del voto “no positivo”, que la historia se encargue de juzgar al lock out patronal argentino.
J.M.P